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Nuestro cerebro es muy complejo. Cada una de sus partes responden a diferentes actividades, momentos y circunstancias; literalmente se está transformando constantemente. La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de adaptarse y cambiar como resultado de la conducta y la experiencia. 

 

Aquí te dejo 3 cuestiones interesantes y útiles que te ayudarán a entenderte mejor:

 

 

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Tan solo el 5% del tiempo utilizamos nuestra mente consciente

 

Así es, el 95% del tiempo de nuestra vida está dirigido por decisiones, acciones y hábitos de nuestra mente inconsciente. Esta está compuesta por programaciones que tenemos almacenadas y que recibimos a través de otras personas y/o experiencias. En los primeros 7 años de vida, nuestro cerebro está en estado theta, que es el estado en donde la información llega directamente a nuestro inconsciente y se guarda ahí. En ese momento somos una esponja que absorbe todo lo que observamos y experimentamos, para luego repetirlo. Esto es muchas veces lo que hace que no logremos obtener ni hacer lo que queremos con nuestra mente consciente. Nosotros deseamos, pensamos y decidimos con esta, pero la mayoría de las veces no es suficiente ya que la gran parte del tiempo actuamos con base en patrones preprogramados inconscientes que contradicen lo que conscientemente deseamos.

 

Los pensamientos afectan los químicos que suelta el cerebro sobre nuestro cuerpo

 

Por ejemplo, cuando estamos enamorados, el cerebro libera hormonas como la dopamina que está relacionada al placer, produciendo a su vez salud y felicidad. Sin embargo, cuando empezamos a pensar que algo malo va a suceder, ese estado de felicidad es sustituido por el miedo. En ese momento se liberan otros químicos provenientes del estrés, como lo son los mediadores químicos inflamatorios que afectan nuestro sistema inmunológico. 

 

Tenemos la capacidad de moldear nuestro cerebro a nuestro favor

 

Las neuronas hacen conexiones unas con otras llamadas sinapsis. Es como cuando conectas un cable a la corriente y se hace la luz. Lo mismo pasa aquí: se generan ideas, pensamientos, acciones y creencias. La neuroplasticidad permite que reforcemos conexiones entre neuronas de acuerdo a lo que queremos lograr, ya que todas tienen una distinta funcionalidad. A través de experiencias, pensamientos repetitivos, meditación y concentración, podremos crear nuevas conexiones cerebrales que nos permitan cambiar y fortalecer nuestros patrones de comportamiento y percepción, y por ende moldear nuestra realidad conforme la deseamos.

 

 

 

Cada día se producen neuronas nuevas en nuestro cerebro y los humanos tenemos una alta capacidad de reforzar y mejorar nuestros procesos mentales. Sabiendo todo esto, es nuestra responsabilidad enfocarnos en lo que queremos cambiar y mejorar. La meditación, el ejercicio, la alimentación y la repetición de pensamientos y acciones nos ayudan a modificar la parte de nuestra programación inconsciente que nos limita. El cerebro es un músculo que necesita ser utilizado y trabajado para sacarle el mayor provecho.

Para llegar a nuestra programación inconsciente es necesario estar en estado theta, como cuando entramos en hipnosis, o a través de la repetición. ¡Utilicemos esta a nuestro favor! 

 

Así que a partir de este momento: ¡mentes a la obra!